Yo entiendo que es la capacidad para responder. Viene del latín respondére, es decir que yo voy a poner las cosas en su lugar.
¿Qué tiene esto que ver con la culpa?
Yo entiendo que depende mucho de mi intención. La “culpa”, dice el diccionario, es una falta mas o menos grave cometida a sabiendas y voluntariamente.
La culpa jurídica da motivo a la responsabilidad legal.
Es decir, que si yo he hecho daño a sabiendas y voluntariamente soy culpable y por ende, responsable. Debo responder, restituir, pagar, poner las cosas en su lugar, como estaban antes de mi intervención. Aunque lo haya hecho sin querer queriendo.
Dada la fragilidad de la memoria humana, la mayoría de nosotros, ni siquiera recuerda lo que comió el miércoles de la semana pasada, aunque le consta que comió algo.
Tampoco nos acordamos de lo que hicimos el día en que cumplimos 18 años, aunque nos consta que hicimos algo, entonces ¿cómo nos vamos a acordar de cual fue la intención que tuvimos cuando participamos en tal o cual suceso?, Si ni siquiera nos consta el que participásemos.
Sin embargo sabemos que este universo, en el que habitamos, se rige por leyes perfectas. Por ejemplo, la ley de causa y efecto, de lo que siembras cosechas, eso está mas que claro.
Entonces, cuando algo, alguien, está presente en mi vida, entra en contacto conmigo, es porque yo tengo algo que ver con eso. Nada, nadie, aparece por casualidad.
Hay una ley, hay una causalidad. Entonces yo debo responder, ¿con culpa? No lo se porque la mayoría de las veces no puedo analizar qué es lo que este suceso o esta persona tienen que ver conmigo.
A la vista de esta situación, los sabios Kaunas de Hawai practican desde hace milenios el Ho’Opono pono, que significa textualmente poner las cosas en su lugar. El Dr. Joe Vitale ha estudiado a fondo esta practica ancestral y nos dice:
Ante un conflicto o dificultad interna o externa, sea cual fuere, decir en silencio o sentir dentro nuestro estas frases a continuación, expresándolas a la Divinidad que mora en nuestro Interior, o Yo Superior, o “Dios” o como más nos guste, estando Presentes, con la menor intervención de mente y pensamientos posible. No hay que dirigir esto hacia ninguna persona en especial.
Las frases son:
Te Amo, Lo Siento, Por favor, Perdóname, ¡Gracias!
Es decir, yo no se de donde ha salido esta situación, cual es mi “responsabilidad” en ella, porque no me acuerdo. Ahora, si me está afectando a mí es porque tiene que ver conmigo, eso está claro.
Yo, al pedir perdón, al decir lo siento, acepto mi responsabilidad. Sin culpa y sin disculpa. Simplemente doy permiso a los Maestros Ascendidos para que intervengan y pongan las cosas en su lugar.